Permítaseme decir que no es cierta en su totalidad la información que se da. Ciertamente el Ron Santiago es producido por Cubaron S.A en la fábrica Ron Santiago, de la ciudad del mismo nombre, pero no es cierto que sea la continuación de la producción del antiguo Matusalem, que se elaboraba también en la ciudad santiaguera, aunque no en el mismo establecimiento.
El original Matusalem nació en Santiago de Cuba de la mano de los hermanos Alvarez&Camp allá a finales del siglo XIX, y se elaboró en Santiago de Cuba hasta el año 1992, fecha a partir de la cual se dejo de hacer en dicha ciudad. Los antiguos propietarios de la marca y su fábrica en Santiago, abandonaron el país después de que la misma fuese expropiada al inicio del nuevo gobierno establecido en 1959, sin embargo en la ciudad se siguió elaborando dicho ron con unos estándares de calidad que no tenían nada que envidiar a aquellos existentes antes de su marcha de Cuba; décadas más adelante después de pasar muchos problemas derivados de luchas intestinas en la familia por el control de la marca, un nieto o biznieto de uno de los fundadores de la misma, reemprendió la producción del producto pero ya en Republica Dominicana. A partir de este momento no tenía razón de ser que Cuba siguiese fabricando un producto que no podía distribuir a nivel mundial, coadyuvando a la confusión que existía en ese momento en el mercado, ya que muchos no sabían distinguir, si el Matusalem que bebían era el original cubano, o el que se hacía en la Republica Dominicana. El mismo se dejo de hacer, y tiempo después nació la marca Ron Santiago, que se elabora no en la fábrica Matusalem, sino en la antigua Bacardí, y que puede recordar por momentos al antiguo Matusalem, aunque no es una continuación del mismo y hay diferencias notables entre ambas marcas. Si se coge una botella de Matusalem original y se compara con una de Santiago, sale a la luz que no son productos iguales para nada, hay una cierta impronta parecida entre ambos, por el hecho de ser rones ligeros procedentes ambos de una misma ciudad como Santiago, cuyos rones siempre han tenido una marca definitoria muy particular, pero de ahí en adelante no hay nada más.